miércoles, 2 de abril de 2014

Caer siete veces y levantarse ocho

A una semana del día de la elección de plaza, cuando ya casi tengo decidida la especialidad, no quería pasar sin escribir una entrada dedicada a todos aquellos que se han quedado por el camino y no van a poder estar los próximos días 10 y 11 de Abril en Madrid.

Desde que han salido los resultados provisionales he hablado con amigas, compañeras de la universidad y he leído todo tipo de opiniones en foros, lo que me ha servido para darme cuenta de la suerte que he tenido por haber conseguido un hueco dentro de la próxima promoción de residentes; pues lo que está claro es que aunque unos hayamos obtenido plaza y otros se hayan quedado a las puertas no significa (en muchos casos) que los primeros hayan estudiado mucho más que los segundos. Entiendo por ello que haya gente que pueda sentirse frustrada y desencantada con el EIR, que tenga ganas de tirar la toalla y darse por vencida. 

En mi opinión, es un error.

Personalmente he de admitir que he tenido mucha ayuda a la hora de preparar el EIR, pues era algo que tenía decidido desde hace años y ya en Marzo, cuando ni siquiera había terminado la carrera, comencé a prepararlo. Es decir, que mi primer simulacro presencial en Madrid fue un par de días después de defender mi Trabajo Fin de Grado en la Escuela. 
Por ello cuando digo que he tenido mucha ayuda me refiero a que me he podido permitir terminar el Grado y dedicarme exclusivamente a estudiar el EIR (ni siquiera me apunté a la bolsa de trabajo para evitar posibles tentaciones). Sé que no todo el mundo puede permitirse esto, que muchos tienen que compaginar el estudio con trabajo, la familia u otras mil cosas que al final repercuten en las horas de estudio.
Bien es cierto que no por haber podido tener esta libertad de dedicarme a estudiar todo ha sido fácil. Más allá de que muchas de mis compañeras y amigas comenzaban a disfrutar de sus bien merecidas vacaciones de verano cuando yo estaba encerrada en un hotel haciendo encuentros intensivos del EIR, también tuve que rechazar la posibilidad de empezar a hacer mis primeras sustituciones de verano (cosa que me hizo plantearme varias veces si estaría haciendo bien apostándolo todo a una única carta y perdiendo mientras tanto los puntos y experiencia que mis amigas estaban adquiriendo durante esos meses) y organizar toda mi vida alrededor de un único objetivo diario: estudiar. De verdad os digo que levantarte un fin de semana de Agosto a las 8 am para ponerte a estudiar, encender el ordenador y encontrarte en Facebook con todas las fotos de tus amigas de fiesta la noche anterior...es algo muy duro.

Por eso entiendo que aquellos que han pasado por lo mismo que yo, que han sacrificado mucho, no lo han conseguido y ahora sienten que no podrían haber hecho más, quieran dejarlo de lado para siempre. Sin embargo quiero recordarles que no todo el EIR es estudiar (aunque desde luego es lo que más tiempo y esfuerzo lleva), una parte importante es saber hacer ese tipo de examen, otra tener confianza en que se puede lograr y la definitiva es ese pedacito de suerte que siempre aparece en los exámenes.
Si ese día te levantas con el pie izquierdo, si los nervios te dejan en blanco, si te duele la cabeza, si te caen unas cuantas preguntas de esas que no tienes ni idea de dónde las pudieron haber sacado (porque no hay que olvidar que la realidad del EIR es que a pesar de los tochos que nos dan las academias para estudiar, no tiene temario oficial), todo ello va a sumar y/o restar netas frente al resto de opositores.

Así que no por haberse quedado sin plaza esta vez significa que lo hayas hecho mal o que no sirvas para ello. Esto, como cualquier otra oposición, es una carrera de fondo en la que hay que aprender a repartir esfuerzos y saber levantarse y continuar si tropiezas. Nadie dice que lo vayas a conseguir a la primera ni que no lo vayas a hacer hasta la tercera vez, simplemente da todo lo que puedas y llegará tu oportunidad.

Yo escogí ponerme a estudiar el EIR al terminar la carrera por comodidad, porque sabía que si esperaba un tiempo me iba a dar más pereza o iba a tener otras obligaciones que no me iban a permitir esa exclusividad. Pero desde el principio sabía que no iba a ser posible repetirlo de esta manera en caso de no sacar la plaza (lo cual seguramente también me azuzó cada vez que me venía abajo); sin embargo nunca se me pasó por la cabeza que si no lo sacaba así nunca iba a ser capaz de hacerlo mejor. Tendría que hacerlo de otra manera, desde luego que tendría que ponerme ya a trabajar en lo que pudiese y que el hecho de haberme quedado embarazada en Noviembre iba a cambiar radicalmente las siguientes oportunidades; pero ser enfermera especialista era lo que quería y eso no me lo iban a quitar.

Recordar que desde el momento en que obtenemos el título al terminar la universidad ya siempre vamos a poder ser enfermeras generalistas, pero para convertirnos en especialistas vamos a tener que luchar un poco más por ello y, lo mejor de todo, es que no hay una edad límite para conseguirlo. 
Échale el tiempo que necesites, prepáralo como puedas o quieras, pero no dejes que una única convocatoria fallida te quite la ilusión de conseguir lo que realmente quieres.

Tómate tu tiempo y vuelve a empezar, si otros pueden lograrlo ninguno somos menos que los demás, tú también podrás. La opción fácil de no hacer nada siempre la vas a tener disponible. 
Eso sí, nunca pienses que va a ser un camino fácil o que puedes no darlo todo para conseguirlo; la historia que a todos nos cuentan de esa chica que consiguió su plaza sin apenas estudiar...no existe.

"Muchos de los fracasos de la vida son de personas que no se dieron cuenta cuán cerca estaban del éxito cuando se dieron por vencidos." (Edison)

domingo, 2 de marzo de 2014

17.878 opositores, 961 plazas y... una de ellas para mí!

Una vez superada la resaca de las noticias del Ministerio del viernes pasado me he decidido a escribir una nueva entrada para comentar hacia donde va apuntando toda esta aventura del EIR.

Cierto es que antes de conocer la publicación oficial de los resultados provisionales tenía una ligera idea de por donde andaría mi nota gracias a las webs de algunas academias que te permiten introducir tus datos para compararte con los demás opositores que también introducen sus datos. Pero una cosa es ver un puesto estimado en relación a unas 5000 personas que usan la plataforma y otra muy distinta es ver tu resultado oficial en la web de Ministerio donde se tiene en cuenta a todos los opositores presentados.
Así el jueves a las 00.00 h me enfrenté a mi posición provisional, el número 37. 
En pocas cosas más me fijé en ese momento, fue ver ese puesto y consultar qué había pasado el año pasado en la elección de plazas para poder hacerme una idea de si podría escoger donde yo quería, Asturias. 
Y entonces ahí sí que llegó finalmente la alegría, las llamadas, los mensajes de whatsapp, las enhorabuenas...

Pero como he podido comprobar que esto para los que no estáis metidos de lleno en ello puede resultar algo confuso, quiero aprovechar este post para aclararos qué significa exactamente el tener ese puesto 37. Que aunque nada será del todo cierto hasta que llegue Abril y me enfrente a la elección de plazas en Madrid, sí nos vale para aclarar un poco las ideas.

Teniendo en cuenta años previos, con la posición 37 no tendría problemas para poder elegir casi cualquier especialidad en cualquier lugar, pero sobretodo en donde a mí me interesa más, en Asturias. 
Así, si nos centramos específicamente en la última convocatoria, vemos por ejemplo que :

- La primera plaza de matrona en Oviedo la escogió el número 70, en Gijón la 131.

- Las primeras plazas de Comunitaria fueron elegidas en el área de Gijón por los números 3 y 32, la tercera ya fue el número 83.

- En cuanto a pediatría hasta el número 181 no se ocupó una de las plazas ofertadas en Oviedo, mientras que la de Cabueñes la ocupó el puesto 302.

Ya sabéis que esto varía cada año y va en función de lo que quieran las personas anteriores a uno, pero si este año han salido en total 31 plazas en Asturias (6 para Matrona, 12 de Comunitaria y 3 de Pediatría), estando la 37 es difícil que se agotasen todas ellas antes de que me llegue el turno de pedir a mí.

Además, consultando análisis extraños que encuentras en la web, si miramos a que universidad pertenecen los 100 primeros puestos de este año (lo que te puede ayudar a hacerte una idea si hay mucha gente de tu Comunidad antes que tú que puedan escoger las plazas que te interesan), parece ser que sólo hay una persona de Oviedo antes de mi plaza, con lo que sería extraño que todos los demás quisiesen Asturias.

Finalmente, por acabar con las cuentas de la vieja, si miramos las convocatorias del EIR desde 2010 hasta el momento y vemos que puestos anteriores al 37 escogieron Asturias, podemos comprobar que nunca superaron 1 ó 2 plazas.

Resumiendo, todavía no tengo ni idea qué especialidad quiero (aunque barajo principalmente las tres analizadas anteriormente: Matrona, Comunitaria y Pediatría), pero lo que sí sé es que, por razones personales, me gustaría poder hacer los dos años en la tierrina.

La otra opción posible, por motivos laborales de mi pareja, sería tener que quedarme en Aragón (casi fijo en Zaragoza) donde dudo que tuviese problemas para poder escoger así todo plaza de cualquiera de esas especialidades...pero lo cierto es que espero poder volverme al casa al menos durante la residencia.

Desde que se termine ésta en adelante ya pasará lo que tenga que pasar, por ahora queda demasiado lejos para saber qué va a ser de nosotros y plantearse cualquier opción.

Y para acabar un mensaje buen-rollete de Mr. Wonderful (ya sabéis que soy una incondicional).



martes, 25 de febrero de 2014

La aventura de las impugnaciones. Segunda parte.

Hoy se han publicado las planillas definitivas de respuestas correctas del Ministerio y como era de esperar, según lo comentado en el anterior post, finalmente han decidido impugnar otras cuatro; llegando así a las nueve del máximo de diez que podían ser. Dejando en el tintero algunas tan evidentes como la propia definición de "equidad" vs "inequidad", entre otras.

En mi caso no me ha ido mal, he cambiado dos incorrectas y una en blanco por tres correctas. Lo cual no es poca cosa, pues me ha hecho sumar a los 369 puntos iniciales, otros 11 puntos, llegando entonces hasta 380 puntos y subiendo (según la web de la academia) unos 15 puestos.

Así que por una parte estoy contenta, pero por otra pienso en todas esas otras posibles impugnaciones que han decidido ignorar y que, sin duda alguna, eran preguntas mal planteadas y que están dentro de ese número de incorrectas que me hacen restar posiciones.

Con todo, aceptando que es parte del juego, lo que me toca ahora es resignarme y esperar al viernes para que se publiquen los primeros resultados oficiales que me permitan hacerme una idea de dónde me encuentro y a qué puedo aspirar.

Hasta entonces, paciencia.


viernes, 21 de febrero de 2014

La aventura de las impugnaciones (y otras pataletas)

Diez días después del examen, el Ministerio publicó de manera oficial las respuestas que consideraba que eran las correctas a sus preguntas. 
Desde el principio yo me preguntaba cómo podían tardar tantos días en publicar en la web un documento que supuestamente ya debería estar acordado antes del examen; ese era el error. Por lo visto el mismo día del EIR la Comisión Calificadora se reune para repasar el examen y valorar las preguntas que han puesto, lo que conlleva que en ese mismo momento (sí, el mismo día en que has sufrido tanto enfrentándote a ese horror de examen), puedan decidir que algunas son nulas. 
¿Por qué lo hacen después del examen y no antes? no lo sé, a día de hoy sigo sin verle sentido

Quiero recordar que el examen se compone de 180 preguntas más 10 de reserva, lo que quiere decir que dejan un margen de 10 preguntas que pueden estar incorrectamente planteadas y ser por lo tanto anulables. Cada una de ellas sería entonces sustituida por una de las de reserva (el caso de no utilizar ninguna de las de reserva, que yo sepa, nunca ha ocurrido).

Así, ese 10 de Febrero fueron publicadas las respuestas correctas, saliendo de primeras ya 5 (¡cinco!) preguntas anuladas por la propia Comisión. Lo cual implica que, tuvieses bien o mal contestadas dichas preguntas han dejado de contar, en ellas ya no hay vuelta atrás, es como si nunca hubiesen existido. Lo que reduce el margen de impugnaciones a un máximo de otras 5 preguntas (si antes he dicho que nunca se ha dado el caso de no utilizar ninguna de las respuestas de reserva, tampoco se ha dado el contrario en que se hayan utilizado las 10).

Como es de esperar todos los opositores vemos en las impugnaciones una esperanza de rascar alguna que otra neta que nos ayude a subir puestos, por lo que cada una de las preguntas es examinada con lupa por la mayoría de los presentados. Así, el mismo día en que salen las respuestas oficiales los foros de las academias empiezan a echar humo en discusiones sobre qué debería ser impugnado.

Este año se ha modificado el proceso de presentación de impugnaciones y, en lugar de tener que acudir a las oficinas oficiales con bibliografía en formato papel y solicitud en mano, se ha podido hacer vía telemática, lo cual facilita que cualquiera pueda presentar sus "quejas" sin tener el inconveniente de desplazarse y perder el tiempo en ello. Este gran avance (¡no conseguido hasta el EIR 2013!) estoy segura que ha multiplicado el número de solicitudes exponencialmente.

En mi caso, atendiendo sólo a las preguntas que tenía incorrectas y que más se fastidiaban, he presentado 9 impugnaciones acompañadas de una bibliografía que creo deja bien claro que la pregunta o su respuestas estaban mal planteadas y por lo tanto podrían ser anulables.Esto en mi caso, imaginaros todas las demás preguntas que habrán presentado otros opositores siempre acompañadas de bibliografía que los apoye.

En algún lado leí que alguien opinaba que habría al menos unas 30 preguntas fácilmente impugnables.

Entre las impugnaciones que yo presenté quiero destacar, por patalear un poco más, la del "trastorno bipolar" que me quedará marcada para siempre por ser la única tonta que contestó mal esta pregunta por conocer la definición exacta de dicho trastorno y no la fácil , aunque incorrecta, propuesta por el Ministerio.  Impugnación avalada por el propio DSM-IV (cedido por mi psiquiatra preferida Paula) y que tengo claro que no me van a conceder por ser una sola persona la que pone la queja.

Puesto que esa es otra cosa del método de las impugnaciones, parece ser que no es tan importante la metedura de pata que hayan hecho como el número de personas quejándose de una misma pregunta. De hecho si se leen las bases de cómo la Comisión puede consultar las impugnaciones recibidas, una de las cosas que pueden hacer es poner como filtro de número de solicitudes por pregunta; es decir, si pones de filtro "más de 5" sólo les aparecerán aquellas preguntas que más de 5 opositores hayan considerado incorrectas, las demás el mismo programa informático las deshecha.

Si pensamos en lo dicho anteriormente: que este año el número de preguntas impugnables puede llegar fácilmente a ser cerca de 30, que cualquiera pudo presentarlas "cómodamente" (omitiendo los mil errores que daba el servidor durante el proceso) por internet, que de las 10 de reserva ya se han utilizado 5 (por lo que quedaría un máximo esperable de 4 nulas más puesto que las 10 no las suelen utilizar)... no sería de extrañar que este filtro fuese de los preferidos por la Comisión este año.

Y ¿a qué nos lleva todo esto? ¿por qué dedicarle una entrada exclusiva al tema? pues por lo que me ha ofendido toda esta chapuza.

Entiendo que para la gente que se ofrece a formar parte de la Comisión el EIR no deja de ser un examen más, sólo tienen que pensar unas preguntas, ponerlas en un archivo y luego ver qué pasó con ellas.
Pero para los opositores, tanto los que llevamos once meses estudiando, como los que llevan menos tiempo pero se han esforzado al máximo para hacerlo y han sacrificado miles de cosas mejores que hacer, cada una de las preguntas del EIR cuenta mucho. Pues cada una de esas preguntas puede determinar que consigas la plaza que quieres donde quieres, o dicho de otro modo, repercute directamente en cómo van a ser tus próximos dos años de vida.

Encontrarte unos días después de salir del examen agotado, saturado, sin fuerzas para más, con que se ha hecho esta chapuza es indignante. 
Se puede pensar: "mal de mucho consuelo de tontos" la misma chapuza fue para todo el mundo; pero la realidad es que si esas preguntas nulas hubiesen sido bien hechas o sustituidas por otras correctas, quizás las cosas fueran distintas y el numerito que marca tu futuro próximo fuese otro.

Desconozco si esto mismo pasa en el MIR, el que parece ser el examen por excelencia, ese para nada comparable a todos los demás (porque todo el mundo sabe que los demás opositores del resto de -IR no sufrimos lo mismo, ni estudiamos lo mismo, ni sacrificamos lo mismo. De ahí que nadie sepa a qué te refieres cuando dices que llevas meses estudiando el EIR/BIR/QUIR/FIR/PIR... hasta que te responden: "Ah! como el MIR pero de enfermería/biología/química/física/psicología... no?"). Pero me parece vergonzoso. Nos jugamos mucho, algunos nos lo jugamos todo y ¿qué recibimos a cambio? un examen hecho de cualquier manera ante el que no hay opción a réplica.

Porque el próximo viernes día 28 de Febrero salen las notas provisionales y ahí veremos que han decidido anular o corregir y que no. Sin más opción a pataleta, es lo que hay y será lo definitivo y, aunque sepas que tienes razón, que esa pregunta está mal, que te cuenta negativamente y es injusto... a nadie más que a ti le importará.

Y veremos luego que pasa, puesto que son "provisionales", lo que significa que todavía no te podrás hacer una idea clara de qué va a pasar contigo. Ya que entonces comenzarán las reclamaciones por los expedientes mal calculados o las respuestas individuales de examen mal introducidas en el programa (que ya empiezan a comentarse en los foros).

Es decir, en una semana sabremos ese puesto en que quizás todavía estemos (o no) a finales de Marzo (sí, un mes después, increíble pero cierto) cuando salgan las notas definitivas y, esperemos, no tengamos más sorpresas.

Será entonces cuando sin duda podamos decir: "Yo sobreviví al EIR". Pero para eso aún queda mucho...

martes, 18 de febrero de 2014

Primeras impresiones del EIR

Llevo desde el día siguiente al EIR con ganas de escribir pero la simple idea de ponerme a pensar detenidamente en ello una vez más me echaba para atrás. No voy a negaros que desde entonces el EIR y la espera de resultados es una constante en mi cabeza, pero es agotador y una cosa es tenerlo en mente y otra ponerse a escribir sobre ello. 

A pesar de todo hoy me he levantado animada y he decidido que es el día de responder a todos aquellos que me preguntáis qué sé del tema, cómo me fue, qué puedo esperar... así os respondo de una sola vez y no sigo estirando mi excusa perezosa.

El 1 de Febrero

Nunca había hecho un examen de este estilo y no sabía que esperar ni con que me iba a encontrar cuando acudiese a hacerlo.

Pues bien, lo primero que te encuentras es que por muy temprano que creas que estás llegando al lugar del examen, siempre hay gente que lleva allí desde bastante antes que tú.
En mi caso, por tener que ir en transporte público y no dominarlo mucho en fin de semana debí llegar más de una hora antes de la cuenta al edificio, pero ya había bastante gente entre los opositores y los que repartían publicidad de las distintas academias para preparar el EIR en la próxima convocatoria (no, eso no ayuda a mantener la confianza, la verdad) por lo que no me sentí tan "tía rara que llega la primera".

Mientras estaba en la puerta esperando que pasase rápido el tiempo y me tomaba mi segundo paracetamol por la migraña con que me levanté ese día, iba llegando más y más gente y empezó un desfile de examinadores cargados con cajas super empaquetadas, llenas de sellos de garantía y confidencialidad que más bien parecía que llevaban dinero a un banco que los exámenes de residencia. A todo esto el tiempo seguía pasando, me empezaban a entrar ganas de ir al baño y allí nadie abría las puertas para dejarnos entrar.

Si el examen era a las 16 h, debieron de abrir las puertas hacia las 15.30h. Por supuesto mi primer viaje fue hasta el aula donde debía examinarme y el segundo al baño (donde por suerte había suficientes inodoros, aunque de hacer cierta cola ya no me pude librar).

Una vez ubicada y preparada descubrí que todo eso que te mandan al correo tan oficial de tu número de mesa y de aula de examen, no era como yo me imaginaba (tipo las mesas de votar, donde hay unas listas y te identificas con el DNI mientras te apunta un vocal),  allí te llaman por orden de lista a voces como en cualquier otro sitio y una vez dentro de clase te apuntan y te indican donde está tu silla (ya asignada previamente mediante identificación).

En mi caso el aula no era la ideal para hacer un examen, pues si bien era amplia y permitía intercalar un sitio ocupado uno libre (esta duda también la tenía, ¿cómo nos iban a colocar a tanta gente?) las mesas estaban inclinadas por lo que los bolis resbalaban, la botella de agua era imposible mantenerla quieta, la "merienda" había que colocarla en equilibrio...y no quieras añadir más cosas que no puedes atenderlo todo.

Como por orden de lista fui de las primeras ser llamada tuve que estar sentada manteniendo los nervios durante un tiempo que se me hizo eterno (sí, el aula era inmensa, nunca paraba de entrar gente) y eso que allí sólo estábamos una diminuta parte de todos los presentados. Hasta que a las 16 h en punto comenzaron a explicarnos las instrucciones del examen (nada de móviles, tapones sólo de cera o silicona, quien quiera ir al baño que levante la mano y se le acompañará, etc...), se abrió la caja de planillas (quitando al menos tres envoltorios para llegar hasta ellos) y se empezó a repartir.

Planilla y hoja de respuestas nominal con tus datos. Si inhabilitas la hoja de respuestas tendrán que darte una planilla y otra hoja nueva no nominal y por lo tanto versión 0 que te obligará a buscar cada una de las preguntas respondidas y va a ser una movida, así que casi mejor no la estropees porque si no vas a tenerlo fastidiado.

16:15 h: empieza el examen. 
A lo largo de todo este tiempo, que se me hizo larguísimo, fui pasando por toda serie de sentimientos: desde la alegría de encontrar respuestas que ya sabía de memoria por haberlas hecho en anteriores simulacros, al estrés en preguntas que me parecían super ambiguas y tenía que jugármela entre dos pensando que cualquiera de ellas podría servir, hasta el miedo ante preguntas que no había escuchado jamás (eso en mis apuntes no estaba).... todo para llegar al ecuador el examen, las 18 h, hora de la merienda para reponer azúcar.
Sin parar en ningún momento me comí mi barrita energética y justo en ese momento empezaron a entrarme ganas de ir al baño, pero como iba bastante justa de tiempo preferí estirar las ganas, adelantar preguntas e ir más tarde.
Así que seguí con el examen, que empezaba a hacerse largo, y en las últimas preguntas comencé a darme cuenta de que estaba acumulando mucho cansancio, demasiadas horas concentrada al 100%.
Además como la vejiga no paraba de advertirme que podía estallar en cualquier momento y, por complicar aún más la cosa la lluvia de fuera empezó a conseguir que hubiera goteras que caían directamente sobre mi examen, decidí arriesgarme a perder unos minutos y levanté la mano para ir al servicio. 

Pero no iba a ser nada tan fácil y me dijeron que en ese momento no me podían acompañar puesto que ya había una compañera fuera y tenía que esperar a que ella volviese. Así que a pesar de las ganas decidí seguir a lo mío, y como no había tiempo que perder confié en que ellos me avisarían cuando me llegase el turno; pero los minutos fueron pasando, ya quedaba menos de media hora para terminar el examen y , sin duda, se habían olvidado de mí.
Cuando fui consciente de que no me quedaba otra tuve que decidir que, a pesar de poder explotar, ya no tenía la opción de ir al baño, no tenía tiempo, estaba en la fase de repaso de respuestas y quería poder contestar todas las que había dejado en blanco (creo recordar que unas 40-50 de primeras, demasiadas, había que arriesgar). 
Ahí empezó el peor momento del EIR, cuando el cansancio ya me abotargaba, la cabeza me estallaba, pero sabía que no podía parar de pensar pues esas últimas preguntas podían ser decisivas a la hora de subir puestos.

Cuando dudas entre dos se contesta SIEMPRE (por lo que esas fueron las primeras que me jugé), entre tres quizás pensando un poco puedas conseguir que la duda sea entre dos, y las que no tienes ni idea se tachan directamente. La teoría es muy clara, sin embargo yo no pude pasar sin comenter el error (manía que fui arrastrando en todos los simulacros) de, aparte de arriesgar, decidir cambiar respuestas que ya había contestado anteriormente. Con todo conseguí avanzar hasta dejar tan sólo 18 en blanco.

20:15 h: fin del examen. 

Bolis en la mesa y entrega de hoja de respuestas.
Fue poner mi hoja de respuestas boca abajo en el borde la mesa y darme cuenta de que la respuesta que acaba de cambiar estaba mal, que otra que había dudado no podía ser lo que yo había puesto... ahí empezó el bajón.

Otra cosa que aprendí de las oposiciones es que cuando termina el examen si sigues dentro del aula no te puedes ir cuando quieras, debes esperar a que se recojan todas las hojas de respuestas y te llamen para darte una de las tres copias sellada como resguardo de que pasaste por allí. Así que en función de la gente que quede en el aula podrás escapar antes o después, cuando para entonces sólo tienes ganas de echar a correr.

Yo lo primero que hice al salir de la clase fue, lógicamente, ir a los servicios, más de cuatro horas sin poder hacer pis+los nervios+mi panza no era buena combinación. 
Lo segundo querer salir de aquel edificio lo antes posible (tarea nada fácil pues a la salida había un montón de gente, entre los que tenían que esperar a que les entregasen su planilla por haber salido antes del examen y los amigos que venían con globos, pancartas, ramos de flores a buscar a los supervivientes del EIR/MIR/BIR, etc). 
Cuando por fin logré atravesar la masa, que más parecía estar en un concierto que en el EIR, y encontré a Adro yo ya no era persona.
El dolor de cabeza que llevaba arrastrando todo el día era ya insufrible, sólo quería irme y no hablar con nadie del tema (cosa imposible una vez que enciendes el móvil y toda tu familia y amigos con su mejor voluntad comienzan a acribillarte a llamadas y mensajes de whastapp).

Mi sensación entonces: fracaso. 
En ningún simulacro había salido tan decaída (ni en los peores), ya sabía unas cuantas preguntas que tenía directamente mal y no había pasado ni una hora desde que había terminado el examen. Estaba agotada, habían concluido los once meses de estudio y me encontraba con que quizás no hubiese conseguido mi objetivo, igual el esfuerzo no me había servido de nada.
Me hubiese metido en la cama para no saber nada más del mundo por ese día, pero nos fuimos a cenar.

Cuando por fin llegué a casa no lo pude evitar (sí, hay veces en que soy un poco masoca, lo admito) tuve que mirar aquellas respuestas que tanto dudé, las que tenía casi claro que estaban mal...y no fue buena idea. No sabría decir entonces si ganaba o perdía, pero gasté mis últimas fuerzas en esa búsqueda.

A pesar del agotamiento físico y mental esa noche no dormí demasiado bien, estaba claro que mi cabeza seguía funcionando (seguramente buscando alternativas ahora que estaba convencida de la posibilidad de haber perdido) y por la mañana temprano ya estaba bien despierta. 

El día después.

Fue entonces, mientras Adro bajaba a comprar churros para desayunar y olvidar mis penas, que me encontré con la sorpresa de que en la web de las academias ya estaban activas las plataformas de corrección y ya podía meter mis respuestas para ver mis resultados comparados con los opositores que los fuesen introduciendo a lo largo de los siguientes días. Sinceramente en ese primer momento lo único que me importaba era ver si realmente ya podía dar por hecho que me había salido tan mal como para empezar a plantearme nuevas opciones de futuro.

190 cuadraditos rellenos, botón de "enviar" y ....... voilà! 373 puntos (ó 69,07 netas) ¡existía una posibilidad! aún sin saber qué resultados tendrían los demás, sin que fuesen las respuestas correctas oficiales dadas por el Ministerio, no estaba nada mal...de momento.

Pasaron los días y mi entrada en la web para comprobar cómo iban evolucionando mis resultados según aumentaba el número de exámenes corregidos era una constante en mi vida.
Así nueve días después, la tarde antes de que saliesen las respuestas correctas del Ministerio a las 00.00h, con unos 4000 exámenes corregidos hasta el momento mi puesto estaría entre los 30-40.

No, no es nada oficial, hablamos de 4000 exámenes frente a una estimación de 15000 opositores presentados, pero es algo y es algo bueno.

La parte de las respuestas correctas, la modificación de posición en función de las mismas y la aventura de las impugnaciones...os la dejo para el próximo post.

viernes, 31 de enero de 2014

Y entonces llegó el día E

Pues ya está, parece que el estudiar el EIR se ha terminado.
Mañana a estas horas estaré encerrada en una clase intentando demostrar en una hoja con 190 cuadraditos lo que he estado haciendo durante los últimos 11 meses.

11 meses...recuerdo cada uno de ellos como si hubiesen sido ayer:

- Las ganas con las que empecé en Marzo.

- El primer simulacro de Abril donde fui consciente de todo el trabajo que me quedaba por delante.

- Las últimas prácticas de la carrera en Mayo en las que al llegar a casa en lugar de descansar tenía que ponerme a estudiar.

- Todo lo que tuve que currar en Junio para compaginarlo con el Trabajo Fin de Grado.

- La pereza de las mañanas de Julio cuando el resto de mis amigas estaban de vacaciones.

- Lo corta que se me hizo la semana de vacaciones en Agosto y la cantidad de planes molones a los que tuve que decir que no podía ir por estudiar.

- Las fuerzas renovadas de Septiembre combinadas con la mudanza.

- Las largas tarde de Octubre en las que no podía hacer otra cosa que seguir estudiando.

- El bajón del simulacro de Noviembre.

- La segunda época más dura del EIR durante las vacaciones de Navidad de Diciembre.

- El tirón final de Enero combinado con la necesidad de "reposo relativo" que consiguió que le dedicase infinitas horas más de estudio.

Hasta hoy. 
Última mañana de estudio en la que repasé los 32 temas en un megarresumen de 19 páginas, creyendo que no me daría tiempo a hacerlo todo antes de las 14 horas, queriendo completar más cada uno de los temas que iba dejando...todo por no querer afrontar ese definitivo cierre de manuales.

Y es que ahora me encuentro en ese momento de "disonancia cognitiva" (cuanto mal ha hecho este curso en mi vida) en la que siento que ya he terminado sabiendo que, oficialmente, todavía no he hecho nada. Es una sensación extraña, como un "ya está" en que te preguntas "¿qué es lo que ha pasado aquí?".

Lo que tengo claro es que la suerte ya está echada; creo que he hecho todo lo que podía (siempre, siempre se podía haber dado más; pero me he esforzado mucho, le he dedicado miles de horas, buenos y malos momentos, no me he saltado ni uno de los días que tenía programados...en definitiva, realmente he dado, si no todo, casi todo lo que podía haberle dado) y me siento capacitada para conseguir mi plaza.
Motivación no me falta. Muchas cosas pueden no salir bien pero yo voy a luchar por conseguir lo que quiero hasta que el reloj marque las 20 horas y me manden salir de la sala.  Por mi parte que no sea. Como dice la frase de la semana de mi agenda Mr. Wonderful: "Si piensas que perderás, ya has perdido".

No quiero terminar este post sin agradecer su apoyo a toda la gente que ha estado a mi lado todos estos meses, que me ha dado ánimos en los momentos malos y se ha alegrado en los momentos buenos, que ha compartido su experiencia conmigo, que ha apostado por mí, que me ha dicho que pase lo que pase al final ellos ya están orgullosos por cómo he afrontado este horror... 
Porque sé que sin ellos no podría haberlo hecho, porque quizás me hubiese quedado por el camino o hubiese escogido una salida más fácil para continuar mi formación como enfermera. 
Gracias. Una parte importante de todo lo que me ha aportado este estudio me lo habéis dado vosotros, y cuando consiga mi sueño de ser residente pensar que vosotros habéis tenido mucho que ver en ello.






domingo, 12 de enero de 2014

A los que te dicen que no eres capaz diles: "mira como lo hago".

Ha llegado enero y no tengo claro si el tiempo ha corrido demasiado o si lo ha hecho tremendamente lento. 

Por un lado pienso que estos once meses que llevo estudiando el EIR han sido largísimos, que necesito que acaben ya y poder recuperar todo lo demás que antes formaba parte de mi vida; por otro lado me paro a pensar que tan sólo quedan 2 semanas y seis días para el 1 de Febrero, que estoy en la tercera vuelta del temario, que ya he realizado nueve simulacros, un montón de test de cada tema, casi todos los EIR antiguos.. ¿cuándo he tenido tiempo para hacer todo esto?.

Han pasado las vacaciones de verano y las navidades, los dos momentos a los que más miedo tenía, y los he superado bastante bien. Han surgido nuevos factores que de aquí a seis meses van a cambiar radicalmente mi vida y que, a diferencia de entorpecerme me han hecho ver más clara la meta que quiero lograr. He tenido bajones importantes, pero también subidones que me han ayudado a seguir con fuerzas renovadas, he dejado de hacer cientos de planes interesantes todo con vistas a una sola cosa: sacar la plaza que quiero. Y ahora a unos 20 días de enfrentarme al final me doy cuenta que este esfuerzo debe de haber merecido la pena porque me veo capacitada a afrontar el examen y espero hacerlo con éxito.

Muchas cosas van a determinar mi posición final, cosas que no sólo dependen de mí, cosas que no voy a poder controlar; sin embargo estoy preparada, voy a hacerlo lo mejor que pueda y voy a luchar con uñas y dientes para rascar cada una de las netas. 
Quiero mi plaza, he trabajado bien duro para ello, pero lo más importante de todo es que ya no sólo la quiero por mi propio beneficio, la quiero para poder ofrecer la mejor opción a alguien que todavía ni siquiera existe pero que ya ha conseguido ser algo tan importante en mi vida como para hacerme cambiar todas las ideas que tenía cuando empecé a estudiar a principios de marzo del año pasado.

Pero no vamos a adelantarnos, aún me quedan unas semanas, aún me queda mucho esfuerzo que hacer, muchos temas que volver a repasar, muchas pataletas que afrontar. Esto no ha terminado, pero ya se ve el final y todos sabemos que el último sprint siempre (siempre) merece la pena.