martes, 23 de julio de 2013

Test, test y más test

Una cosa que me han dejado clara desde que comencé a estudiar el EIR es lo importante que es hacer test a lo largo de todos estos meses para acostumbrarse al método.
Así que hoy me he pasado la mayor parte del día así, escogiendo una única respuesta entre las cinco opciones posibles. Y para algo me ha servido, para darme cuenta de dos cosas: que cuantos más test hago menos sé y que sigo prefiriendo las preguntas a desarrollar.

Vale, sí, sería imposible hacer el EIR de ese modo (más locura todavía) pero es que el método del test que se está poniendo tan de moda con el rollo Bolonia y que ahora está presente en casi todos los exámenes de la carrera, es mortal. 

Que cuando tienes algo muy seguro, bien, es fácil escoger; cuando dudas entre dos te la juegas al 50%; pero cuando te ponen una de esas preguntas en las que todo y nada te suena y no terminas de verlo claro... es desesperación. 
O cuando a la hora de corregir ves que tienes respuesta mal por no leer despacio, o por haberte saltado un "no" o por esos enunciados del estilo "cuál de las siguientes opciones no es la falsa" (ein?).

Y por supuesto también son desesperantes las cuentas que todos hacemos a la hora de entregar: "si tengo tantas en blanco, tantas aseguradas, tantas al 50% y cada una mal descuenta tantas bien... ¿llegó a aprobar o quedaré en negativo?". Admitámoslo, dejar preguntas en blanco es malo y da coraje, y si te animas a responder ... tampoco suele acabar bien.

Pero para test mortal, siempre recordaré aquel examen de "microbiología industrial" en quinto de Biología, de respuesta múltiple y donde cada una mal anulaba una bien. 

Si sobreviví a aquello, digo yo que con esto también habrá que poder:

1) Fijo que sí
2) Ni de coña
3) Qué tendrá que ver
4) Tampoco es para tanto
5) Venga anda, déjalo ya, vámonos de cañas.


RC: 5



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